pensé, pero me equivoqué. En realidad orbitaba.
Cron, orbitaba a 3,257 años luz de Sien, su planeta gemelo. Cambios cíclicos en la Tipisféra provocaron que Cron explotase en millones de partículas que quedaron gravitando junto conmigo en Sien. La devastadora explosión afectó a todos los habitantes de Sien y a algunos habitantes vecinos que se encontraban sólo de paso. Algunas fuentes dicen que yo era la única habitante de Sien, pero por ahora nada puede confirmarse.
Cuando mi captora me encontró, las piernas no me funcionaban y el sistema sensorial me fallaba constantemente provocando caídas -tambien constantes-. Millones de pedazos de Cron se me habían incrustado por todo el cuerpo, un pedazo de satélite en la oreja, trozos de mar en el ojo derecho. Aún quedan varios resquicios del suceso pero son pequeños e impercetibles a la mayoría.
Siendo el desastre que era, intentar salir a la calle probablemente hubiese sido un ejercicio de espanto colectivo. Sin poder caminar o ser vista, durante este tiempo me dedique a remover los pedazos encarnados en mi superficie, uno a uno.
A pesar de que ya ha pasado bastante tiempo desde aquel día, todos los días me sacudo de los cabellos algo de polvo de estrellas cronianas. Al inicio salían expelidos junto con trozos de mar tibio. Ahora sólo sucede cuando al suspirar libero materia de vientos aurales.
Sien se ve opaca de noche, pero por lo menos existe y eso me alegra mucho. Para que no se aburran durante la espera, mi captora ha creado mentiras absurdas sobre pérdidas imaginadas.
Como yo, mi captora lo ha perdido todo y aun así sabe decirme palabras reconfortantes. En sus sueños, habla de amigas perdidas aparentemente durante el evento aunque bien podría haber sucedido antes. Me ha parecido escucharla nombrar a Eleste, Oliestr y a Nuk. No sé. Quizá lo inventa todo.
Es casi seguro que por ahora, sólo me tiene a mí.
*Pega tu dibujo aquí*
Jirafa carbonizada
con estaca en el pecho
atada al cuello.
A lo lejos,
mujer en llamas
mira hacia al horizonte.